Uno de los órganos más fascinantes del cuerpo humano es el intestino. De casi 7 metros de largo, este cumple tanto funciones digestivas como otras funciones importantes, por ejemplo en la defensa inmunitaria. De hecho, el 70% de todas las células inmunes se localizan en el intestino delgado y grueso y el 80% de todas las reacciones de defensa también tienen lugar aquí.
Al mismo tiempo, el intestino tiene un gran impacto o influencia en la psique de las personas, por lo que se le conoce como el “estómago del cerebro”. ¿A qué se debe esto? Al deterioro en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo cuando este órgano se ve afectado, principalmente por las Enfermedades Inflamatorias Intestinales.
¿Qué son las enfermedades inflamatorias intestinales (EII)?
Las enfermedades inflamatorias intestinales son un conjunto de trastornos inflamatorios crónicos del intestino o tracto digestivo que comprenden fundamentalmente dos enfermedades: la enfermedad de Crohn y la Colitis Ulcerosa, además de otros tipos de colitis como la indeterminada, colágena o linfocítica.
Estas enfermedades provocan inflamaciones crónicas a lo largo de este conducto y los síntomas se pueden presentar en forma de brotes a lo largo de la vida del paciente. El tiempo entre los brotes es variable dependiendo de la gravedad de la enfermedad y la terapia que siga para tratarla. Afecta tanto a hombres como a mujeres de cualquier edad, aunque sí que es cierto que el diagnóstico es más habitual en pacientes de entre 20 y 40 años.
Se trata además de una afección crónica, es decir, que dura mucho tiempo o incluso toda la vida, y que va y viene constantemente.
Las principales enfermedades inflamatorias intestinales
Ambas son condiciones a largo plazo que causan inflamación crónica en el intestino que puede resultar en graves daños a los órganos internos.
En España la colitis ulcerosa es más frecuente que la enfermedad de Crohn, 58% frente al 42%, y se espera que esta diferencia aumente ligeramente en los próximos años.
Las dos se caracterizan por ser enfermedades del intestino, esencialmente, inmunomediadas, inflamatorias y crónicas, que evolucionan en brotes (fases activas) y periodos de remisión (fases inactivas). Ambas alteran la capacidad del organismo para digerir los alimentos y absorber los nutrientes y comparten además características clínicas y patológicas.
Entre los síntomas comunes destacan:
- Diarrea
- Sangre en las heces
- Cansancio
- Dolor abdominal
- Pérdida de apetito
- Pérdida de peso
- Fiebre
Si bien tienen mucho en común, también presentan diferencias importantes. Por ejemplo, solo se puede tener una u otra, nunca ambas a la vez.
La enfermedad de Crohn
Este tipo de enfermedad inflamatoria intestinal se caracteriza por la inflamación irregular del recubrimiento del tracto digestivo, generalmente sus capas más profundas.
Puede afectar a cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el extremo del recto (ano), si bien afecta mayoritariamente al extremo inferior del intestino delgado y el principio del intestino grueso. Así, la inflamación propia de esta enfermedad lesiona toda la pared intestinal.
Aunque se desconoce la causa de este padecimiento, se cree que podría producirse por una combinación de factores bacterianos, ambientales e inmunológicos (trastorno autoinmunitario).
Colitis ulcerosa
La colitis ulcerosa es una enfermedad que se presenta con inflamación y llagas (úlceras) en el recubrimiento superficial del intestino grueso (colon) y el recto.
Esta enfermedad se caracteriza por una inflamación mucosa difusa limitada al colon, que incluye el recto y el ano, dañando el revestimiento interno del tejido intestinal. Suele presentarse de forma continua, comenzando siempre en el ano y extendiéndose más o menos hacia el resto de colon, según cada paciente.
Ambas enfermedades están asociadas con un aumento equivalente del riesgo de carcinoma de colon.
¿Qué causa la enfermedad inflamatoria intestinal?
A día de hoy, no se sabe cuál es la causa exacta de la enfermedad inflamatoria intestinal.
Las investigaciones que se han ido realizando indican que podría tratarse de la combinación de factores genéticos, inmunitarios y ambientales es el desencadenante de la inflamación del tubo digestivo.
Por otro lado, la dieta y el estrés pueden empeorar los síntomas, pero no necesariamente tienen que causar la enfermedad inflamatoria intestinal. A su vez, la EII suele ser hereditaria, si bien no todas las personas con enfermedad inflamatoria intestinal tienen antecedentes familiares.
La enfermedad inflamatoria intestinal puede ocurrir a cualquier edad, pero se suele diagnosticar en adolescentes y adultos jóvenes.
Tratamiento para la enfermedad inflamatoria intestinal
En la enfermedad inflamatoria intestinal, el tratamiento nunca es definitivo. Y es que se trata de dos patologías crónicas para los que no existe todavía un tratamiento que las cure.
No obstante, sí que debemos tener en cuenta que la evolución de estas patologías varía según los tratamientos que se administren.
De esta forma, las terapias farmacológicas y quirúrgicas no pueden curar la enfermedad de Crohn, pero pueden mejorar la calidad de vida. El objetivo de la terapia es mantener las fases de reposo (remisión) y evitar complicaciones que harían necesarias las estancias hospitalarias u operaciones.
Al no existir una cura conocida para la EII, la intervención farmacéutica se centra principalmente en reducir la inflamación y la diarrea, y en controlar el dolor.
Al respecto, los efectos de los cannabinoides a nivel intestinal pueden ser óptimos para este tipo de padecimientos, ya que:
- Mejoran y regulan la motilidad intestinal
- Tienen un efecto analgésico, antiinflamatorio y antidiarreico
Estudios sobre las propiedades del cannabis medicinal para las EII
Tras décadas de investigación, distintos estudios sugieren que el uso del cannabis medicinal para controlar la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU) puede ayudar a aliviar la inflamación que causa muchos de los síntomas de dichas enfermedades.
Aunque a día de hoy no hay la suficiente evidencia definitiva que demuestre que el cannabis medicinal pueda controlar la inflamación, su uso en diversas formas se ha asociado con mejoras en las náuseas, el dolor abdominal y el apetito en la mayoría de los pacientes. Veamos por qué.
De entrada, la investigación actual sugiere que la marihuana puede ayudar:
- Reduciendo el dolor abdominal
- Aumentando el apetito
- Reduciendo la diarrea
- Controlando las náuseas
Por un lado, los cannabinoides tienen un efecto antiinflamatorio. El cannabidiol (CBD) activa los receptores CB2, que se encuentran principalmente en las células inmunes y en el tracto gastrointestinal y, por lo tanto, reduce la actividad inflamatoria.
Además, los cannabinoides también tienen un efecto sobre el apetito. Y precisamente esta disminución del apetito es un factor importante para las personas con EII, ya que la ingestión de alimentos a menudo provoca dolor, cólicos y malestar.
En este sentido, muchos pacientes con enfermedad de Crohn ya consumen productos de cannabis. En esta enfermedad, los cannabinoides no se han mostrado capaces de ayudar a remitir síntomas estresantes como las náuseas y el dolor abdominal, pero sí lo han hecho el THC y el CBD.
Por ejemplo, un estudio reveló que el aceite de CBD puede ayudar a aliviar los síntomas de la enfermedad de Crohn cuando se toma en forma de píldora. Otras investigaciones implica que el CBD puede ayudar a reducir la inflamación resultante de la colitis.
Otros ensayos clínicos han demostrado que el intestino contiene niveles elevados de receptores de cannabinoides (CB1, CB2), y por ello tanto el THC como el CBD son utilizados para el tratamiento de la enfermedad, disminuyendo los síntomas, mejorando los procesos metabólicos y haciendo que los pacientes reduzcan mucho su medicación tradicional.
En conclusión, el CBD antiinflamatorio puede influir potencialmente en la actividad de la enfermedad y puede ser un agente importante para tratar la EII en el futuro.